Un video de decenas y decenas de barcos flotando en los alrededores del Canal de Panamá a la espera de poder cruzarlo atrajo gran atención la semana pasada cuando circuló por redes sociales.
La imagen no es inédita, ya que cualquiera que haya volado a Ciudad de Panamá ha podido observar con frecuencia grupos de buques a la espera de su turno para pasar del océano Pacífico al Atlántico, o viceversa.
Lo llamativo en esta ocasión era el número de embarcaciones: este lunes ascendía a 132 sumando las de ambos lados del canal, cuando “bajo condiciones regulares” la cifra es de 90, según un comunicado enviado a BBC Mundo por la Autoridad del Canal de Panamá (ACP). Este miércoles, el número ya había disminuido a 124.
La mayoría son buques graneleros de carga general como carbón y mineral de hierro o algunos gaseros que no pudieron reservar su lugar para el tránsito dado que suelen conocer sus rutas con poca antelación, al contrario que la mayoría de los portacontenedores.
“El Canal de Panamá es un gran desastre estos días. 20 días haciendo cola no tiene precedentes en esta época del año”, dijo el pasado viernes Øystein Kalleklev, director ejecutivo de la empresa Avance Gas, al diario The Wall Street Journal, que cifró en más de 200 los barcos que estaban ese día a la espera.
Falta de agua
esta congestión se debe principalmente a las medidas y restricciones puestas en marcha por el canal para hacer frente a la fuerte sequía que, acentuada por el fenómeno El Niño, afecta este año a Panamá y, en consecuencia, al funcionamiento de la infraestructura.
Esto se debe a que se trata de un canal de transporte de agua dulce, por lo que depende de las lluvias para obtener los 200 millones de litros que necesita por embarcación para elevar sus esclusas y hacerla pasar al otro lado.
Según datos de la ACP, el área alrededor del canal está pasando por uno de los dos años más secos desde que se tienen registros en el país, y las lluvias cayeron este año entre un 30% y 50% por debajo del promedio.
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