En una acción nunca antes vista, Estados Unidos ha planteado tarifas portuarias que podrían incrementar los gastos en millones de dólares para las líneas de contenedores marítimos y otros operadores de navegación que recalcen en sus puertos.
Esta propuesta tiene como objetivo sancionar la influencia china en el sector naval y fomentar el transporte marítimo de Estados Unidos.
Nuevas tarifas y su impacto
La Oficina del Representante de Comercio de EE. UU. (USTR) ha definido una serie de sanciones que impactarían a los operadores marítimos relacionados con la fabricación de embarcaciones chinas. Los barcos fabricados en China se encontrarán con tarifas de hasta US$1,5 millones por cada recalada en puertos de Estados Unidos. Los operadores que posean al menos un barco hecho en astilleros chinos tendrán que abonar US$500.000, en cambio, las compañías con base en China, como Cosco, enfrentarán una penalización de US$1 millón por recalada. Además, si más del 50% de las órdenes de construcción recientes de un operador provienen de astilleros chinos, este será obligado a abonar un incremento de US$1 millón por cada recalada.
Esta sugerencia podría elevar considerablemente los gastos para los importadores y exportadores de Estados Unidos. De acuerdo con el analista Lars Jensen, estas tarifas reducirían la competitividad de las exportaciones de Estados Unidos y elevarían los gastos de importación, impactando tanto a los consumidores como a las empresas.
Reestructuración del transporte marítimo estadounidense
Además de las tarifas, los Estados Unidos intentan robustecer su sector marítimo con normativas más rigurosas. En una fase inicial, al menos el 1% de las exportaciones de Estados Unidos deberá ser llevado a cabo en embarcaciones con bandera del país. Conforme progrese la implementación, la exigencia se incrementará gradualmente hasta que, en el séptimo año, el 15% de las exportaciones se realicen únicamente en embarcaciones de propiedad y operación de Estados Unidos. En este porcentaje, al menos un 5% deberá ser de embarcaciones fabricadas en Estados Unidos.
Este proyecto constituye un cambio importante en la logística del comercio internacional y podría modificar las dinámicas del transporte por mar a escala mundial.
Impacto en la cadena de suministro
Alrededor del 17% de los portacontenedores que arriban a Estados Unidos son de producción china. Con estas tarifas recientes, es probable que las compañías de navegación transfieran estos costos a los exportadores e importadores, lo que finalmente resultará en precios más elevados para los consumidores de Estados Unidos.
Control sobre la Comisión Marítima Federal (FMC)
Simultáneamente, el exmandatario Donald Trump ratificó una orden ejecutiva que concede al gobierno mayor dominio sobre las agencias autónomas que supervisan áreas fundamentales como la energía, las finanzas y el transporte. Esto podría restringir la independencia de la Comisión Marítima Federal (FMC) en el control del comercio marítimo. Adicionalmente, la FMC ha suprimido partes de su estrategia vinculadas a la diversidad, equidad e inclusión, acorde con la reorganización del gobierno federal.
Proyecciones y desafíos
El planteamiento de Estados Unidos de aplicar tarifas a embarcaciones y operadores chinos es una acción de gran magnitud que podría cambiar el comercio marítimo mundial. Aunque el gobierno intenta robustecer su sector naval, los gastos extra podrían provocar impactos negativos en las cadenas de abastecimiento y el comercio global. Con un plazo de observaciones abierto hasta el 24 de marzo, el mundo aguarda la evolución de esta propuesta y su repercusión en la economía mundial.
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