Acciones agresivas como las defensivas emprendidas por países occidentales solo contribuyen a aumentar la inestabilidad causada por los hutíes.
No disminuyen los ataques de los hutíes al transporte marítimo internacional
A pesar de la postura más agresiva de las fuerzas estadounidenses y británicas en la región del Mar Rojo, la frecuencia de los ataques de los rebeldes hutíes desde Yemen contra el transporte marítimo internacional no ha disminuido. Esto ha quedado evidenciado en una serie de acciones reveladas por las actualizaciones de la United Kingdom Maritime Trade Organisation (UKMTO), siendo la más reciente el ataque al buque de carga general "Rubymar" en el Golfo de Adén.
Según la información proporcionada, el capitán del buque reportó una explosión cercana, seguida de una segunda explosión en el aire que causó metralla y daños en la pintura. Esto obligó a la evacuación del buque, marcando la primera vez que se toma esta medida desde el inicio de los ataques en la región.
Además, otro buque informó que fue seguido por dos drones a una altura de 100 metros durante media hora en el extremo norte del Estrecho de Bab al-Mandeb. También se registró otro ataque en la misma área, ejecutado por un dron contra una nave que sufrió daños superficiales en la superestructura del alojamiento.
Ante esta situación, la Unión Europea ha anunciado la operación "Aspides", en la cual al menos cuatro fragatas se adentrarán en la zona para proteger el transporte marítimo, con un enfoque estrictamente defensivo en comparación con las acciones emprendidas por EE.UU. y el Reino Unido.
En este contexto, el analista de la industria marítima Lars Jensen destaca la contradicción en la información proporcionada por CMA CGM sobre si evitarán el tránsito por el Mar Rojo. Aunque anunciaron la suspensión de la navegación, se observa actualmente al buque "CMA CGM Ganges" navegando por la zona. Jensen señala que esta disrupción ha llevado a recargos tarifarios, aunque en un nivel más modesto en comparación con algunos aumentos iniciales observados por los propietarios de la carga.
En cuanto a los motivos de los hutíes, Jensen señala que aunque afirman apuntar solo a los intereses navieros de EE.UU., Reino Unido e Israel, los ataques muestran la complejidad del transporte marítimo global, con numerosas nacionalidades involucradas en la industria. Además, destaca la incongruencia de atacar el petróleo ruso y los alimentos para Irán. En este contexto, advierte que la afirmación de que los ataques cesarían con la paz en Palestina carece de credibilidad, sugiriendo que es una campaña deliberada para crear inestabilidad en la región.
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