El transporte marítimo se abona a los sobresaltos. Si la pandemia tensionó la actividad, dejando imágenes de puertos colapsados y buques cargueros atestados, un encarecimiento considerable de los costes y una cronificación de los retrasos, el sector encara ahora un nuevo reto, nada menor: la gestión del excedente de contenedores. Y eso, en un sector logístico en el que el espacio de almacenamiento es un activo importante, supone todo un desafío para las empresas.
El panorama acaba de retratarlo la firma alemana Container Xchange, que advierte que las áreas de almacenamiento afrontarán la peor parte del “excedente de contenedores” hasta bien entrado 2023.
“Simplemente, no hay suficiente espacio de depósito para acomodar todos los contenedores. Con la liberación adicional de inventario de containers en el mercado —por ejemplo a partir de la eliminación de flotas de arrendamiento— habrá una presión adicional sobre los depósitos durante los próximos meses”, reflexiona Christian Roeloffs, CEO de Container xChange, quien reconoce que el escenario supondrá “un desafío para algunos y una ventaja competitiva para otros”. Entre quienes podrían aprovecharlo así cita China gracias al reposicionamiento de contenedores.
El contexto, clave
La situación ha derivado en que haya gestores de depósitos que estén devolviendo solicitudes de almacenamiento o incluso —asegura la CNBC— cargadores que regalan containers para reducir el problema de hacinamiento. “Estamos en una situación en la que no podemos aceptar nuevos clientes para algunas ubicaciones”, apuntaba Andrea Monte, de Sogese, durante una cumbre del sector celebrada en octubre y tras reconocer que su depósito de Milán está “bastante atascado”.
Con el propósito de paliar esa situación en el Puerto de Houston, EEUU, han comenzado a cobrar tarifas por contenedores sin carga que permanecen demasiado tiempo en la terminal. “A menudo la gran cantidad de contenedores en los barcos o puertos que se dejan parados durante semanas nos deja sin espacio suficiente en los almacenes, lo que agrava la crisis de la cadena de suministro, ya que repercute en el reposicionamiento y movimiento de contenedores”, señalan en Sedgwick.
“Para los dueños de containes, esto podría significar un aumento de las tarifas de almacenamiento por parte de los depósitos a medida que se acumulan más contenedores para desincentivar la permanencia en los depósitos”, comenta Johannes Schlingmeier, de Container xChange.
Para entender el escenario actual hace falta remontarse a la pandemia, como recuerda Global Trade Review, cuando se registró una escasez de containers que llevó a los transportistas a encargar la fabricación de nuevas unidades en Asia que luego pasaron a las cadenas de suministro.
“Como el tiempo de transporte se está acortando, estos contenedores adicionales volverán a salir de la cadena de suministro y empezarán a acumularse, principalmente en Europa y Estados Unidos”, apuntaba ya a principios de septiembre Alan Murphy, CEO de Sea Intelligence, en un artículo encabezado con el clarificador título de “El problema de los containers vacíos se intensifica”.
Container xChange reconoce que las empresas han ralentizado los pedidos y los transportistas cancelado embarque a causa de la baja demanda y elevados inventarios, pero también lanza un mensaje claro de cara a futuro: “La demanda se recuperará cuando se agoten estos inventarios”.
“Una vez se agoten en Norteamérica y Europa, las empresas volverán a hacer pedidos y la demanda de capacidad de transporte volverá a aumentar. No a los niveles máximos de la pandemia, pero sí a la tendencia media al alza a largo plazo. Lo que ha ocurrido es que la carga vuelve a ser ‘a tiempo’ y, por lo tanto, se verá una desaceleración de los nuevos pedidos a medida que las empresas se adapten a estos tiempos de entrega más eficientes”, añade el informe de Container xChange.
Xataka.
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