La DIAN enfrenta nuevamente críticas por las dificultades en la implementación de sistemas electrónicos esenciales para el comercio exterior. Esta vez, los problemas giran en torno al sistema para la presentación de la Declaración Andina de Valor (DAV), un requisito que será obligatorio para las importaciones desde países miembros de la Común.
El origen de la problemática: La implementación de la DAV electrónica
Todo comenzó en junio de este año, cuando la Secretaría General de la Comunidad Andina ordenó a sus países miembros implementar un sistema electrónico para la DAV, con un plazo máximo hasta el 15 de agosto de 2024. En respuesta, la DIAN inició el desarrollo de una aplicación web destinada a cumplir con este requisito internacional.
La DAV es un documento clave que soporta la declaración de importación. Según la DIAN, contiene información detallada sobre las partes involucradas en la negociación, los elementos de la transacción y el valor en aduana de las mercancías importadas. Este documento debe ser presentado por importadores o compradores de mercancías provenientes de la CAN (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia).
Aunque inicialmente la DIAN había estipulado un período de transición hasta noviembre de 2025 mediante la Resolución 144, la Resolución 175 modificó este plazo, adelantando la fecha límite para el uso obligatorio del sistema electrónico al 15 de noviembre de 2024.
Las dificultades del sistema y sus implicaciones.
El desarrollo del sistema electrónico para la DAV ha sido un proceso lleno de tropiezos. A menos de un año de su entrada en vigor, los usuarios aduaneros han reportado una serie de fallas en la plataforma, lo que ha generado preocupaciones sobre el cumplimiento de las obligaciones y posibles sanciones. Además, la DIAN enfrenta un incremento en las quejas de los usuarios debido a errores técnicos y una falta de herramientas adecuadas para el uso eficiente del sistema.
Entre los principales riesgos destacan:
Incumplimiento por parte de los usuarios: Los importadores y agentes aduaneros corren el riesgo de no cumplir con los requisitos debido a la falta de un sistema operativo confiable.
Carga operativa para la DIAN: Las constantes fallas han incrementado las quejas y solicitudes de soporte técnico, saturando los canales de atención.
Incremento en la incertidumbre del sector: La poca claridad y los fallos técnicos generan desconfianza en la comunidad aduanera.
Un proceso sin participación inclusiva
Uno de los puntos más críticos por los actores del comercio exterior ha sido la falta de participación inclusiva durante la fase de pruebas del sistema. Aunque la DIAN realizó pruebas con una muestra limitada de agencias de aduanas e importadores directos, muchos otros actores quedaron por fuera del proceso, lo que limita la detección temprana de errores y dificulta la adaptación del sector al nuevo sistema. Además, se ha informado que solo un grupo reducido de importadores ha sido notificado sobre la activación de las herramientas tecnológicas que deberán estar operativas antes del 16 de noviembre.
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