La transición de puertos nacionales a un sistema portuario concesionado ha permitido potencializar el comercio exterior y la competitividad del país por medio de amplias ganancias en eficiencia. Esto ha facilitado la inserción de Colombia a la red mundial de comercio durante los últimos treinta años. Así lo demuestra nuestro reciente estudio “Impacto de los puertos en el desarrollo del comercio exterior y la economía nacional.
Con el fin de identificar el proceso que ha dado paso a que hoy el país cumpla un papel clave en las actividades del comercio internacional en Latinoamérica, en este Comentario Económico del Día se realiza un recuento histórico de los principales hitos que marcaron la transformación portuaria en Colombia. Periodo que inicia con la disolución de Colpuertos y la implementación de las concesiones público-privadas en la administración y desarrollo portuario. Este ejercicio a su vez se alimenta con algunas de las estadísticas más llamativas que plasman las mejoras en los puertos y su incidencia sobre el comercio exterior colombiano.
En 1991 el Gobierno tomó la decisión de reformar el sistema portuario. Los nuevos lineamientos sobre los cuales se debían regir los puertos en Colombia se establecieron en la Ley 1 de ese año, también conocida como la Ley de Puertos. El objetivo principal de la reestructuración fue construir un sistema portuario eficiente, competitivo y autosuficiente a nivel financiero.
Desde entonces, las mejoras en tiempos y costos fueron notorias. El país pasó de seis a ocho zonas portuarias, con 63 puertos concesionados. Cartagena, Buenaventura y Santa Marta se posicionaron rápidamente como las zonas de mayor importancia para el sector portuario. Cada una de estas ciudades comenzó a consolidar un proceso de especialización en distintos servicios del transporte marítimo, que las ha llevado a conformar un esquema de servicio portuario integral para el beneficio del país.
Una vez el buque atracaba en el muelle, los operadores portuarios se tomaban 10 días en atenderlo, ya fuera descargando o cargando mercancía. Hoy, el mismo buque al llegar a uno de los puertos manejados por las sociedades portuarias es atendido inmediatamente. Además, el tiempo de atención no pasa de un día. Eso se debe a que antes la atención se daba solo durante 16 horas diarias, mientras hoy es posible cargar y descargar mercancías a cualquier hora y en cualquier día de la semana.
La adopción de este modelo de movimiento de carga se ha traducido en una mayor conectividad para el puerto que ha resultado en una reducción de costos importante. A su vez, para el Grupo, el transbordo ha abierto la posibilidad de consolidar un modelo hub en materia de conectividad de Colombia con el mundo, ya que puede entablar conexión con más de 700 puertos. Finalmente, este modelo de movilización de carga ha permitido aprovechar las eficiencias de escala de los buques grandes (Neo Panamax).
Es así como el país pasó de contar con terminales ineficientes, maquinaria rudimentaria y operadores improductivos, a tener puertos que se encuentran a la altura de cualquier ciudad del mundo. Los puertos dejaron de ser un obstáculo para la integración de Colombia al mercado mundial, para convertirse en una herramienta que catapulta a los productos colombianos al exterior, mediante procesos más eficientes y una infraestructura moderna.
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