Teniendo en cuenta el Índice de Riesgos de la Región Caribe, este destaca las oportunidades y consideraciones para tener en cuenta a la hora de invertir en esta zona estratégica del país.
Febrero 1, de 2024
Teniendo en cuenta que es clave informar sobre los riesgos y oportunidades que existen para las empresas y los inversionistas en cada uno de los ocho departamentos de la región, se presentó el Índice de Riesgos de la Región Caribe, una iniciativa de Colombia Risk Analysis, con el auspicio del Centro Internacional para la Empresa Privada (CIPE), y el apoyo de la Cámara de Comercio de Cartagena.
De acuerdo con lo dicho por directora de la oficina de CIPE en Colombia, este índice representa una herramienta clave para facilitar la toma de decisiones de inversión informada.
El índice del Caribe es una herramienta útil para trabajar con las cadenas de valor en el fortalecimiento de procesos y para potenciar los negocios.
Con el fin de potenciar la eficiencia de los demás puertos de la región e impulsar la internacionalización del sector empresarial colombiano, se requiere inversión para dragado, infraestructura, tecnología, educación e innovación que mejoren su competitividad, la capacidad receptiva de buques y cruceros y la eficiencia aduanera.
Las cámaras de comercio de la región cumplen un papel fundamental para la divulgación de los riesgos y oportunidades para la inversión privada en la región.
Por otra parte, aunque la agenda del Gobierno actual se aleje de la extracción de hidrocarburos y de la minería en general, la extracción del carbón térmico es una de las actividades económicas más importantes para el Cesar y La Guajira, departamentos que se ubicaron como los mayores productores de carbón del país en 2022 (más de 49 millones entre los dos departamentos).
En términos de riesgos, la informalidad es un factor común en los departamentos de la región Caribe. Valledupar, por ejemplo, es la segunda ciudad con mayores niveles de informalidad del país, con 65,6% de su población estando en la informalidad, por encima del promedio nacional de 56,1%.
La falta de y el mal estado de las vías terciarias, no solo afecta a los ciudadanos, sino que también limita el acceso a los mercados, dificulta el desarrollo de actividades industriales, afecta las operaciones de las empresas, además de implicarles gastos adicionales.
Al igual que el resto del país, la región no es ajena a los riesgos que representan los cambios políticos domésticos, la polarización de la sociedad, las complejas condiciones del conflicto armado, el peso de las desigualdades sociales estructurales, la corrupción y la falta de conectividad terrestre, la cual ha llevado a un aislamiento geográfico y económico de los departamentos y municipios, impidiendo su desarrollo económico y la creación de empleo.
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